viernes, 4 de abril de 2008

Le Pays Cathare. (2ªparte)

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....después de alimentar el corcel, comer, escanciar y pernoctar en una posada truculenta, nos dirigimos prestos en busca de aventuras, gestas y epopeyas....

Chalabre: Precioso recorrido desde Limoux hasta Chalabre, observando los campos de viñedos en el valle del Aude. Es interesante visitar el castillo ubicado en una colina y la pequeña capilla llamada El Calvario, situada en un pequeño monte de dicha localidad. La iglesia de Saint-Pierre construida en 1552 también se puede visitar en esta localidad.



Como si de una película de Tim Burton se tratase, entre las sombras de los árboles que guardan el camino en una senda misteriosa, subes la pequeña colina hasta llegar al castillo.
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Limoux: Se nos escapó por falta de tiempo, pero es sin duda recomendable el museo Petiet de Limoux. Todavía guarda el encanto de la belle époque, y en él alberga obras de estilo académico pertenecientes a la segunda mitad del S. XIX. Bellísimos paisajes audeses, retratos sorprendentes y asombrosos, y pinturas intimistas, retratan con encanto la vida cotidiana de aquel entonces. Y como no, visitar alguna bodega y degustar el famoso vino Blanquette, que ofrece la zona. Una auténtica delicia.

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Infinidad de bodegas, grandes y pequeñas, encontrarás por toda la zona para degustar el famoso blanquette de Limoux.



St-Hilaire: Diminuto y encantador pueblecito en el que se encuentra una abadía benedictina fortificada del S.VIII que posee una iglesia románica del S.XII, una nave gótica del S.XIII y un claustro también gótico del S.XIV. Muy bien conservado y precioso. Fue aquí donde los monjes inventaron la Blanquette en 1531.



Lagrasse: Considerado como uno de “los pueblos más bellos de Francia”.Cuando pasas por el puente que cruza el río Orbieu y divisas el precioso pueblo a tu derecha, te haces inmediatamente una idea aproximada de lo que te vas a encontrar. Es realmente maravilloso. Cruzamos de nuevo el río, esta vez a pie, por un pequeño puente empedrado y nos dirigimos a la villa medieval. Calles estrechas, casas preciosas, el antiguo mercado medieval, la iglesia y la abadía de Lagrasse, muy bien conservada.
Esta abadía benedictina, fue fundada por Carlo Magno en el S.VIII y restaurada en la época carolingia conociendo gran prosperidad entre los S. XI y XIII, así como un renacimiento en el S.XVIII. Obras de restauración han puesto al descubierto una antigua puerta románica en arco de mármol esculpido, así como varios capiteles, atribuidos al célebre escultor Maestro de Cabestany.
Lagrasse es un enclave perfecto para el descanso, que se puede amenizar con pequeñas caminatas por la montaña tanto a pie como a caballo.

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Desde la carretera nacional, se puede contemplar el pequeño puente de piedra medieval que te llavará al precioso pueblo, con vistas a la abadía.
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El puente te teletransportará al pasado y te llevará a la Edad Media sin remisión.
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Preciosas vistas de la torre de la abadía junto a los almendros en flor, desde un camino que te lleva a diferentes rutas por la montaña.
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Villerouge-Termenès: Pueblecito encantador. Una pequeña calle bordeada por unas viñas, un arroyo y un puentecillo bucólico, os conducirán al precioso castillo. Castillo ubicado en pleno corazón de dicha villa medieval, en donde fue quemado el último “perfecto” cátaro conocido, Guilhem Bélibaste en 1321. Está formado por una muralla cuadrangular perforada de aspilleras y flaqueada de torres semicirculares. Siglo XII-XIV.



Termes: Lugar cautivador. Desde el pintoresco pueblo, se puede divisar en lo alto de la colina las ruinas del espectacular castillo. Previo pago, se puede acceder a él mediante una ruta por la montaña de unos 2 Km de ascensión. En el S.XIII, fue durante mucho tiempo una fortaleza cátara que resistió durante cuatro meses contra los cruzados. Después de la conquista de los cruzados , devino fortaleza real. Muchas otras rutas parten desde aquí para disfrutar de los paisajes y la naturaleza en caminatas espectaculares.

Desde la lejanía se puede contemplar la magnificencia del castillo en ruinas.


Arques: A diferencia de otros castillos o abadías, que suelen estar en las alturas o cerca de un núcleo urbano, este pequeño pero imponente castillo, está ubicado en una llanura rodeada de praderas, alejado considerablemente del pueblo de Arques. El castillo de Arques es una fortaleza que data de los siglos XIII y XIV. El lugar se compone de un recinto cuadrangular que rodea una torre de homenaje de planta central cuadrada de 11 m de lado, dotada de garitas en cada uno de sus cuatro ángulos. El torreón, de 24 metros de alzado y cuatro niveles, constituye una obra maestra del arte gótico que une elegancia, lujo y aspecto militar. Restaurado recientemente, queda como testimonio de los conocimientos técnicos y artísticos de los constructores de época medieval. Una estampa imponente mientras descansas en las praderas bohemias :D




Descansando en la hierba y rodeados de margaritas frente al inmortal castillo, ....fue un momento inolvidable.



Lapradelle-Puilaurens: El impresionante castillo de Puilaurens, extraña y misteriosa ciudadela construida sobre un espolón rocoso en los vertiginosos pirineos del Aude, en pleno corazón de una montaña todavía salvaje. Has de recorrer unos 5 Km en coche por una escarpada carretera hasta él. Su imponente figura que controla todo el valle sufrió modificaciones y ampliaciones entre los S. XI y XII. La muralla está datada entre los S. XII y XIII.


Las vistas de las escarpadas montañas frente al castillo, son de una extraordinaria belleza.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por la segunda parte, excelente al igual que la primera.

Hay que ir, hay que ir...

Too many places, too little time!!!