martes, 5 de febrero de 2008

El Lago teñido, Nakuru.

___________
Mis memorias de África, comienza la aventura....



Kenia, aquí estoy….con los ojos cerrados pero la mente abierta. Insomnio.
Mi primera noche en la África de los grandes exploradores y yo con un estado febril hipocondriacamente malarioso.
No ceso en mi empeño de descifrar de donde vienen y quien provoca eso alaridos salvajes, hasta hoy, nunca percibidos por mis oídos.
No hay nada que temer, estamos bien protegidos por una tienda de campaña que consta, de una finísima tela acabada con costuras de dudosa manufactura y malamente anclada a un suelo irregular…..y que yo sepa, los depredadores todavía no saben abrir cremalleras, ¿no?....estamos salvados…creo.
Una pequeña ladera nos cubre por la cabeza, mis compañeros de aventura con sus tiendas pertinentes, haciendo una circunferencia casi imperfecta, nos cubren los pies.
La hoguera ya moribunda, delega su protección a nuestra suerte, y la madera delirante que quema en su interior, proclama a pequeños gritos el fin de sus días.
De repente, una trifulca a derecha e izquierda, en la tierra y en los árboles. Esta vez sí, unos babuinos enzarzados en una polémica humanamente inteligible, agudizan más si cabe mi estado de atención permanente.
Llegó la hora de nuestro primer despertar, para algunos. El cansancio acumulado se quedó en la tienda durmiendo, nosotros mientras tanto, desayunamos al calor de la hoguera renacida, mirándonos a la cara iluminada por el fuego mientras curioseábamos nuestra periferia a la llamada de nuevos acontecimientos. La oscuridad, más allá de nuestra espalda, empezaba a clarear. Nuestro primer amanecer.
Recogimos, limpiamos la zona y nos dirigimos de lleno a nuestro primer día de aventura,…..después, ya nada volvería a ser igual.

Nuestros amigos, los babuinos de la noche anterior, intentando rescatar restos de comida que quemaban en un hoyo creado par tal fin.


Camino a la aventura, el sol parecía darnos la bienvenida, la vegetación exuberante, también.
No había pasado ni un cuarto de hora de la puesta en marcha, y mientras preparaba la artillería pesada fotográficamente hablando, un suave pero contundente grito de “Stop” sacudió nuestros tímpanos alertándonos de algún acontecimiento digno de esa reacción.
Miramos a nuestra izquierda y,….no podía ser…imposible….¿tan cerca?...¿el primer día?...¿tan pronto?....un ramillete de preguntas sin contestar, un tumulto de sensaciones sin analizar…..tres rinocerontes blancos a escasos metros. Enmudecimos, nadie disparaba sus cámaras, quietud absoluta….transcurridos unos segundos reaccioné, reaccionamos, y sacamos algunas instantáneas, sin utilizar zoom ni teleobjetivo, no hacía falta, la foto ideal para recrearse en panorámicas …luego me limité a disfrutar del espectáculo.
También tuve tiempo de observar la reacción de mis compañeros, ver a mi mujer sonreír de emoción, …..y apreciar la mirada obnubilada de tan bella escena, no se lo podían creer…
Se fueron alejando lentamente hacía el frondoso bosque de acacias, donde se reencontraron con una par de rinos más y una cría…..
…..después, el Lago Nakuru nos abrió sus brazos a un espectáculo de color, único en nuestro planeta.










El Lago Nakuru alberga la mitad de la población mundial de flamencos. Dos millones de flamencos llegan a concentrarse en sus orillas durante los meses de marzo y abril. En este corto periodo de tiempo, lo abandonan para migrar al tanzano lago Natrón, donde crían, al norte del cráter del Ngorongoro y muy cerca de la frontera entre ambos países, en un terreno idóneo para la protección de los nidos emplazados en el lecho y el fango, gracias al agobiante calor que emanan las aguas termales de este lago. Aguas extremadamente alcalinas e imbebibles.



La superficie somera y salina de la lamina de agua del lago Nakuru presenta las condiciones idóneas para la alimentación de los flamencos, que se concentran en sus orillas en cantidades impresionantes para alimentarse de su principal sustento, las algas spirulinas , que favorecen la pigmentación rosada de las aves. Basta con asomarse desde los miradores Baboon Clift, Out of Africa y Lion Hill para disfrutar de una panorámica completa del gran lago, uno de los muchos que se dispersan a lo largo del gigantesco valle del Rift, y comprobar la enorme mancha rosada que se reparte a lo largo del perímetro lacunar. El lago Nakuru recibe el sobrenombre de lago rosa.




La mayor concentración se encuentra en la orilla más próxima a la puerta de entrada al parque nacional.. En Nakuru están presentes el flamenco rosado y su hermano menor el flamenco enano, algo más pequeño y más abundante.
La densidad de algas spirulinas (verde-azuladas) varía notablemente cuando cambian las condiciones, por lo que es frecuente que los flamencos se muevan a otro de los lagos
cercanos donde en una época concreta encuentran más algas: Lago Elmentetia, Bogoria, Nahivasha, Magadi, etc. Los flamencos consumen 250 toneladas de alga por hectárea de lago.




Sobre las aguas del lago vuelan los cormoranes, los abundantes pelícanos blancos africanos, los ibis, las grullas coronadas, las espátulas, las cigüeñas de pico amarillo, anátidas y los marabúes, aparte de infinidad de águilas pardas -con una gran población en el parque- y águilas pescadoras africanas. La lista no acaba aquí pues en este parque nacional, creado en 1968, están censadas más de 450 especies de aves.




Entre los mamíferos más significativos destaca la abundancia de rinoceronte blanco y el rinoceronte negro, dos de las cinco especies de rinos que quedan en el planeta, que tienen en el lago un auténtico santuario (el primer santuario para la conservación de rinos en Kenia, declarado en 1987); además, el búfalo, el león, la escasísima jirafa Rothschild´s con sus últimos 520 ejemplares, que encuentra su particular paraíso entre el denso bosque de acacias espinosas amarillas que crecen en las proximidades del lago. Las reducidas dimensiones del parque (188 kilómetros cuadrados) impiden que el elefante encuentre terreno suficiente para desarrollar aquí una población.Otros animales presentes en este paraíso natural son los babuinos, monos verdes, colobos, hienas, chacales, gacelas Thomson y Grant, dik-dik, impalas, antílope dematorral, cebras, pitones y así hasta 50 especies que habitan este particular ecosistema enclavado a 1.756 metros de altitud, con montañas que se elevan por encima de los 2.000 metros, (Lion Hill) y con un catálogo de especies vegetales de 550 especies diferentes. En el parque existe un magnífico bosque de las ancestrales euforbias candelabro.Así es el Lago Nakuru, un lujo natural.

Turismo Rural y Aventura, s.l.





B.S.O. de Out of Africa. Excepcional.



No hay comentarios: