sábado, 9 de mayo de 2009

La historia de Elliot en Daly Waters

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Mi cabeza no dejaba de asentir. Mi sonrisa no paraba de fluir. Las manos en los bolsillos a punto de actuar y las piernas cruzadas sustentando la fatiga. Por un Dólar australiano, Elliot nos guió por su territorio particular, real e imaginario. El desparpajo que la necesidad le dio, nos convirtió de repente a los demás, en marionetas medradas de ignorancia. En su cabecita, cuán joven Huckleberry Finn aussie, las aventuras vividas se mezclaban con el ingenio sagaz , la historia bien instruida y las ganas de agradar. Mi atención se la llevaba de calle su actitud, sus chascarrillos y su gracia. Vistió sus pies descalzos con unas desusadas chancletas, nos guiñó con desparpajo y nos señaló el camino a seguir. La vetusta motocicleta de un vecino, la caravana donde vivía, el cerdito Johnny, su mascota, una prisión de principios del siglo pasado, un antiguo gimnasio, flora endémica, el aeropuerto dónde aterrizó después de una travesía épica desde Inglaterra Amy Johnson en 1930,… ,cualquier cosa que nos hubiera mostrado ó contado hubiera valido la pena. Sensación de haber exprimido al máximo el tiempo precioso. Dando un giro repentino a su actuación, parecía un remolino de vida, nos condujo hasta la carretera principal. Tras esfumarse la estela de polvo que había dejado en el camino un camión desmesurado, pudimos entrever un original y extravagante lugar. Tienda, gasolinera, museo, amparo … y un helicóptero en la techumbre ornamentada de una forma muy peculiar. Su padre se encontraba allí, como no podía ser de otra manera, tallando originales maderas, inventando chiflados recuerdos, sombreros estrafalarios y construyendo extrañas guitarras . Por fin saqué mis manos de los bolsillos y actuaron en consecuencia. Un billete de cinco pavos hizo sonreír al joven Elliot, su cómico mohín me hizo sonreír a mí. Se alejó corriendo, saltando, cantando. Quizás fuera en busca de un amigo para especular sobre la vida en la casa construida en la copa del árbol más hermoso de la zona, dónde las vistas son espectaculares y dónde los sueños se transforman en realidades, dónde el verde parné abre las puertas de la imaginación.

Blue Ridge Mountains - Fleet Foxes



Me di media vuelta y allí estaba, justo a mi lado. El famoso Daly Waters Pub. Tenía un miedo ridículo a entrar, a no encontrar lo que esperaba ó lo que había imaginado. Tampoco es que lo leído sobre dicha taberna fuera para tirar cohetes, por lo tanto mucho no podía perder. Me centraré en la historia, pensé, en lo vivido desde 1930 y no en la apariencia ó pinta del lugar. Quiero palpar la originalidad, lo auténtico, lo cutre, … ¡quiero beberme un cerveza fría!, simplemente. Mensajes genuinos en la entrada y curiosos personajes en los aledaños. Un bofetón de "lo que tenía que ser" me tocó la cara. Lo que se inició como algo curioso, continuó como obligatorio ó necesario, de ahí la fama de dicho Pub. Recuerdos, pedazos de existencia decoraban el oscuro interior del antro en forma de singulares elementos. Ropa interior femenina, monedas de todas las partes del mundo, banderas, camisetas, aperos, y una preciosa camarera que me ofreció lo que más deseaba en aquellos momentos, una cerveza helada. En el patio interior, más de lo mismo, historia. Sombreros, zapatillas, matrículas, mensajes y mucha telaraña. Un pequeño y estrambótico escenario, y una trabajada parrilla, dónde una buena amiga nos obsequió con unas inmensas hamburguesas con bacon. Volví a entrar en el Pub para husmear e investigar, salí a la carretera para volver a empezar. Un giro lento de 360º me dio una amplia perspectiva sobre aquel lugar. Y me despedí de Elliot, mientras me alejaba de Daly Waters.

9 comentarios:

MARTA - RAMIRO - ADAM dijo...

Julio, me encanta tu fotografia, tengo pensado comprarme una Canon EOS 450 y un objetivo 17-85 USMIS, para intentar aproximarme a tu calidad, me puedes aconsejar?

Saludos

María dijo...

Tú si que nos haces viajar! No te imagino de otro modo, más que viajando o preparando el viaje, que viene a ser casi la mima cosa.
Un beso

juliobcn dijo...

Muy buenas aventurero. Te voy a sugerir un par de cosas generales, pero las recomendaciones técnicas se las dejo a los profesionales. Ellos te podrán asistir mejor. Un apunte, no hay nada mejor que mi amada reflex analógica. Dicho esto, :D , cualquier máquina actual (reflex digital) te saca buenas imágenes. Después puedes tratarlas/editarlas con el "photochow", cosa que odio y no hago, por supuesto. Al grano, partiendo de tu presupuesto, yo invertiría la mayor parte de él en la lente, (los objetivos), que en definitiva son los culpables reales de una buena foto. El cuerpo, no es tan fundamental. Pero lo más importante sin duda, es el fotógrafo y la esencia a captar. Yo tengo la EOS 400 (anticuada para los listillos) y suelo trabajar casi siempre con el 24-105mm f/4L IS USM. Por si no te has dado cuenta, no me gusta en demasía la panorámica, disfruto más con los detalles. Tu elección es buena, seguro. Luego podrás incrementar tu arsenal con algún tele-zoom, para los safaris :D
Abrazos, y buenas fotos

juliobcn dijo...

Yo también me imagino así muchas veces, me gustaría no hacerlo, eso significaría que estaría viajando :D
También me gustaría surcar el planeta con vostoros, cada día, cada hora, cada minuto ...
Besos

Jose dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jose dijo...

Magnificent muchacho. Buena historia

juliobcn dijo...

Muy buenas Jose, te he leído imitando la voz del doblador añejo de James Stewart, "Magnificent muchacho .... " :D
Vivencias, las de Elliot(plural) y la mía(singular).
;-)

Anónimo dijo...

Momento: Noviembre 1999
Situación inolvidable 1: camino polvoriento a media tarde, llegando a Daly Waters, aparcar el 4x4 después de 3 horas de conducción, entrar en ese antro previo stop al único semáforo en kilómetros a la redonda y...una auténtica birra
Situación inolvidable 2: mismo día al anocher, intentando dormir cuando a kilómetros de distancia vislumbramos una tormenta de relámpagos espectacular. Llovió? Por favor...
Atalaia

juliobcn dijo...

Bienvenida Atalaia.
Momentos y situaciones emocionales, y esenciales. Muy bien retratado por cierto.
La situación 1, me recuerda la llegada a un rancho al atardecer para pernoctar. Cansados y rebozados en polvo, nos pegamos una buena ducha y disfrutamos de una birra como Dios manda, viendo en un "cine de verano" cutre salchichero, un documental sobre el rancho y su filosofía.
Situación 2, no en el Outback, pero si vivimos alguna tormenta espectacular un poco más al norte, en Darwin. Los elementos en este sagrado país son dantescos y espectaculares, en todos los sentidos. En otras entradas hablaré de ello más a fondo. De las tierras más áridas del planeta en su corazón , a las más lluviosas en Daintree y Cape tribulation.
Saludos