jueves, 27 de mayo de 2010

Meknés


Y allí me encontré, en medio de un pequeño valle esplendoroso situado en la meseta de Saïs. Atravesando el río Boufekrane, que separa la medina de la moderna Hamría, me dejé impregnar poco a poco por la esencia bereber. El frío helado de la madrugada dejó paso al brillo ardoroso del astro rey, el silencio de la noche dio paso al bullicio acompasado del porvenir, y yo, paseando la incertidumbre. Me limité a descubrir, a entender, a sobrevivir. Me limité a encontrar el camino, a comerciar con imágenes y sensaciones.






5 comentarios:

María dijo...

He vuelto a pasear por esta maravillosa ciudad con tus fotos. Nada más abrir tu página se me alegró el ánimo, qué buenos días pasé en Meknés, qué fantásticos día pasé en Marruecos. Me ha hecho gracia ver la puerta con el farol descentrado en tu blog, es la misma que tengo yo en el mio, vista desde otra perspectiva, pero la misma puerta.
Un abrazo y es un placer, como siempre, ver tus miradas

Carla Dickinson dijo...

Hombre Julio!!
Ahora hacía semanas que no entraba. Genial el texto, las fotos, y por supuesto la música.

A ver si nos conocemos algún día, ok?
Un abrazo!!

ANRAFERA dijo...

Estupenda entrada. Felicitaciones por las fotografías que expones, son muy buenas. Me ha gustado este viaje a través de tu camara. Saludos

juliobcn dijo...

*Gracias María. El recuerdo es siempre pausado, tranquilo, especiado y espaciado ... volver a Marruecos física ó mentalmente te descentra, como el farol ... desorden ordenado, encante encantador.
Un beso

*El destino nos guarda un encuentro, Carmen, Seguro.
Besos.

juliobcn dijo...

Muchas gracias Anrafera, bienvenido a ésta tu casa de humildes esencias.
Un abrazo.