miércoles, 12 de marzo de 2008

Escritos desde Potsdam.

Apoyado en el frío cristal de la ventana del tren y todavía con las manos calientes del café “to go”… me quedé dormido mecido por el contoneo del vagón. Levanté la mirada y ya estábamos en Potsdam . Era por la mañana muy temprano y empezaba a nevar, de hecho dos días atrás, nos sorprendió el primer temporal de nieve en Alemania, más concretamente en Berlín. Como no podía ser de otra manera en Noviembre, el frío entra sin llamar y la nieve se reserva el derecho de admisión.
Descolocados y sin rumbo, preguntamos a la gente del lugar, en qué posición exacta estábamos para iniciar nuestra andanza en busca de momentos inolvidables y de recovecos esenciales.
Los primeros minutos en la capital del estado de Brandenburgo fueron titubeantes. Con el mapa en la mano y los pies en la nieve, decidiendo apresuradamente a dónde dirigir nuestros deseos de desnudar tan bella localidad.




Evidentemente el famoso palacio Sans Souci (despreocupadamente en francés), sería uno de los puntos clave. Construido por Federico I “El Grande”, fue edificado en la segunda mitad del S. XVIII para dedicarse a tocar la flauta, organizar maniobras y acrecentar sus obras de arte en un total aislamiento. Dicho palacio, era una mezcla de estilos entre neoclásico francés y barroco alemán, construido por el arquitecto alemán Georg Wenzeslau Knobel Sdorff y el escultor francés Lambert Adam, proclamado por la UNESCO; patrimonio cultural de la humanidad.. El Parque que lo rodea tiene más de 290 hectáreas de bosques y jardines y representó en su tiempo el poder de los káiseres que llegaron a gobernar en Prusia durante dos siglos….

El Famoso palacio Sans Souci


......en fin, tantos datos me abruman y sacan de mis casillas el interés más honesto por ese lugar….decidimos prescindir, por ahora, de ese magnífico “turístico” lugar y nos dirigimos al lado opuesto….bajo consenso evidentemente, para vivir la tournée como realmente me gusta, alejado completamente de las rutas marcadas y prediseñadas de antemano.
Pusimos los dedos al unísono, cuan mosqueteros con sus floretes señalando el lugar aparentemente más idílico de Potsdam*.

*("Poztupini", en su primitiva denominación, que quiere decir "bajo los robles".

En el mapa, (Potsdam ubicado en la isla de Potsdamer y sobre el río Havel), se advertía la existencia de un lago aparentemente bucólico, el Heiliger Sea. Dónde se halla un famoso hotel disfrutado solo por las más altas personalidades del país y dónde se mantuvieron las relevantes reuniones en la famosa
Conferencia de Potsdam, llevada a cabo en 1945 por la Unión Soviética, el Reino Unido y Estados Unidos. Allí negociaron asuntos relacionados con los tratados de paz y el estudio de los efectos de la guerra.
Para dirigirnos al susodicho lago, teníamos que cruzar la ciudad, así nos aprovecharíamos de la ruta para contemplar la villa.


El popular Hotel Relexa Schlosshotel Cecilienhof, famoso por el tratado de Potsdam.


Típica ciudad alemana, los tranvías, sus gentes, la policía montada en bicicleta…







Llegamos al conocido y hermoso barrio holandés, la Holländisches Viertel . Calles alineadas y colmadas de pequeñas casitas azafranadas. Pequeños parques, iglesias, comercios, y un pequeño mercadillo nos daba la bienvenida, y nos ofrecían vía libre a nuestro destino final con unas vistas maravillosas.




Un reducido barrio residencial, nos hizo de puerta de entrada al poético lago. El blanco de la nieve se confundía con un verde endémico y oriundo, el lago cristalino reflejaba el cielo, dando un nuevo firmamento empapado de vida a las aves que parecían volar en el agua, ...los robles, el silencio, la estampa… .






Disfrutamos del lugar de forma mayúscula durante largo tiempo, después buscamos una ruta alternativa y dimos media vuelta.
Un paseo calmado, nos llevó por calles que nos hacían vivir un déjà vu instantáneo, trasladándonos a cualquier película alemana de principios de Siglo XX, hasta llegar al primoroso barrio ruso de Alexandrowka.

El barrio de Alexandrowka, con sus casas típicas...

Mansiones que parecían ser extraídas de otra época...


Volviendo al tema del déjà vu, no me extraña,… pues también es digno de visitar Babelsberg, unos estudios cinematográficos que en los años 30 se habían convertido en los más grandes del mundo; un lugar donde personajes famosos relacionados con el mundo del cine, como Marlene Dietrich o Fritz Lang, habían trabajado antes de irse a Hollywood. Precisamente aquí se rodó la película "El testamento" del doctor Mabuse. Sin embargo desde la llegada de Hitler al poder, estos estudios acabaron ruinosos.

Se pueden visitar muchos más sitios en esta maravillosa ciudad, pues es considerada un núcleo importantísimo en la escena artística alemana. Escuelas de teatro, teatros, cines, museos, galerías de arte y un largo etcétera, se manifiestan de forma palpable, además de la indudable belleza natural del lugar. Pero eso ya lo tenéis en las guías pertinentes o en la red. Yo ofrezco una sensación pura, subjetiva y sincera.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también estuve en Postdam la ultima vez que fui a Berlín, me gustó mucho el pequeño viaje en tren de cercanías hasta allí desde Berlín, pero me quedé con ganas de bajarme a ver el palecete del lago Wansee donde se decidió la solución final para los judíos, un lugar espeluznante a la par que interesante por el alto contenido histórico.

Un abrazo Julio.

linóleo

juliobcn dijo...

Berlín, como sus alrededores y otros puntos de la geografía alemana, son un panal fabricado de malos recuerdos, historia, grandeza y futuro. El museo abierto del Holocausto en Berlín, también me puso la piel de gallina...
Y es que amigo Lino, a veces hay que mirar al triste pasado, para divisar un futuro con esperanza...
Todo el mundo aprendió de esos funestos hechos acaecidos...aunque muchos poderosos se empeñan en manifestar amnesia permanente.
Tengo que volver, sin duda.
saludos